Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración…Hechos 1:14
- This is Life
- 23 sept 2019
- 3 Min. de lectura
Cuando me senté a redactar el blog tenía muchas ideas en la mente sobre cosas que me gustaría escribir, sin embargo, en las dos ocasiones que inicié con un texto por alguna razón no pude terminar. Hoy que estaba a punto de sentarme de nuevo frente a la computadora, me puse a pensar que no se trata de publicar lo que a mí me gustaría, sino lo que Dios quiera plasmar a través de unos dedos dispuestos (un poco huesudos por cierto).
Entonces le pedía a Dios que me soplara las palabras, así que me preparé, me senté frente a la computadora, abrí la Biblia y… mi mente estaba totalmente en blanco. Finalmente decidí dejarlo para otro momento y me levanté para hacer la comida. Estaba utilizando mi Ipad para ver videos mientras cocinaba, cuando me llegó una notificación de un video que mi mamá me mandaba (lo que es muy común) pero esta vez decidí verlo al instante. Era un video que hablaba sobre el poder de la oración.
Dios puede utilizar cualquier forma para hablar a nuestras vidas, en esta ocasión fue un video y una mamá que le gusta compartir todo lo que edifica mi vida. El video básicamente hablaba sobre un hombre que ayudaba a jóvenes que estaban esclavizados por las drogas y muchas otras cosas. Él oraba por ellos con toda la autoridad de Cristo pues conocía muy bien que Dios actuaba con poder y pedía siempre “venga tu reino en ésta persona…”. No lo hacía como una simple frase, sino entendía que la única forma en que podían cambiar sus situaciones es que Cristo gobierne sus vidas.
Al final del video sin pensarlo me puse a orar por todos los jóvenes que en mi corazón los sentía “alejados” del evangelio, por el negocio de mi esposo y por nuestro hogar. Cuando terminé de orar sentí mucha paz y un descanso en mi corazón (que estaba un poco angustiado por los jóvenes y algunas situaciones más). Comprobé muy bien el pasaje bíblico que dice “vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28). No quiere decir que quitará los problemas sino que descansaremos aunque los problemas permanezcan ahí.
¿Cuándo fue la última vez que te encerraste en tu cuarto a orar? La oración no es un acto de religiosidad, tampoco de vanagloria; es una cita para hablar con Dios. Si tiene tiempo que no lo haces o nunca lo has hecho, no te condenes, actúa. Verás lo hermoso y magnífico que es tener una charla a solas con Dios.
Si no sabes por dónde empezar, inicia pidiendo a Dios que te guíe. En donde hay disposición Él actúa. Y siempre ten en cuenta el agradecer a Dios por todo:
Dedíquense a la oración, perseveren en ella con agradecimiento.
Colosenses 4:2 NVI
Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:16-18 NVI
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4: 6-7 NVI
Dale gracias a Dios por tu cuerpo, tengas una enfermedad o estés completamente sano. Dale gracias a Dios por tus vecinos, se lleven bien contigo o no. Dale gracias a Dios por la escuela, incluso si reprobaste algunas materias. Dale gracias a Dios por tu situación económica, sea buena o mala. Da gracias y alaba al Señor en todo tiempo con tus palabras.
Tip: También puedes investigar en la Biblia cuáles eran los motivos por los que oraban los primeros cristianos (busca en las cartas de los apóstoles a las iglesias, ellos siempre iniciaban y terminaban sus cartas con una oración).
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