top of page

¿Qué tan fuertes son tus convicciones? 

  • Foto del escritor: This is Life
    This is Life
  • 20 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 22 jul 2019

Una vez una familia llegó a la iglesia, el clan estaba compuesto por la madre y sus dos hijos. Luego de tomar una decisión por Cristo su actuar comenzó a cambiar, dejaron la vida que llevaban para comenzar una nueva. Ya no practicaban las mismas celebraciones de antes, abandonaron las groserías y los vicios, adoptaron un nuevo estilo de vida, acorde a la persona de Jesús. Todo iba muy bien. Hasta que algo sucedió. Desconozco el motivo pero dejaron de asistir a la congregación. De un domingo a otro dejamos de verlos para siempre. Se habían ido. Después de desconocernos, volvimos a saber un poco de ellos. Por supuesto, no eran los mismos. Su vida había retornado a ser la misma de antes. Vivían de acuerdo al mundo. Abrazaban los vicios que una vez habían decidido dejar. Eran, otra vez, esclavos de sus propios sueños, miedos y deseos. Una vez escucharon la verdad, y aunque un tiempo permanecieron en ella, ahora habían decidido ignorarla. Querido lector, mi última intención al contarte esta historia es que los juzguemos. Por favor no. El fin es todo lo contrario. Lo que quiero provocar en ti es una reflexión interna sobre tu vida. Más que nada sobre tus convicciones. No sabemos el motivo por el que esta familia regresó al lugar de donde Cristo la había sacado, pero sí estoy segura de algo: no había convicción en su corazón. Lo que sea que los apartó del camino pudo más que lo que habían elegido creer. La convicción es la certeza de lo que se piensa o se siente. Es seguridad. Es certidumbre. Es fe.

Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1

Y mi pregunta para ti es la misma que yo me hice cuando me puse a reflexionar en esta historia: ¿qué tan fuertes tengo mis convicciones para que esto nunca me suceda?

Piensa qué pasaría si por algún motivo te vas a vivir a un país donde nadie cree en Jesucristo, dejas de ver a tus hermanos y a todos con los que compartes la misma fe. En ese lugar no hay ni una Biblia. Y esta prohibido alabar a Dios. No hay nada que puedas hacer que estimule tu relación con el Padre. Sólo tú y tus convicciones. ¿Cuánto te durarían?


Si no te lo puedes imaginar, te pongo una más fácil. Recuerda las veces donde has tenido a la tentación de frente. Los días donde la prueba y las circunstancias te hacen preguntarte si acaso Dios te está escuchando. ¿Quién ganó?, ¿prevalecieron tus convicciones o le abriste la puerta a la duda?


Hacer algo sin convicción no sirve de nada. Es más, te condena. Si alguna vez has pedido perdón sin estar seguro de hacerlo, evitado un pecado deseando haberlo cometido, o asistido a la reunión del domingo porque te obligaron o porque, tal vez, tu motivación fue otra cosa u otra persona. El apóstol Pablo te tiene una noticia:

Así que la convicción que tengas tú al respecto, manténla como algo entre Dios y tú. Dichoso aquel a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace. Pero el que tiene dudas en cuanto a lo que come, se condena; porque no lo hace por convicción. Y todo lo que no se hace por convicción es pecado.

Romanos 14:22 y 23


Dios toma demasiado en cuenta la fe y la convicción que tenemos cuando nos acercamos a Cristo. No importa qué hagas o qué no hagas, Él mira lo que hay en tu corazón.

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Efesios 2: 8 al 10

Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige. Romanos 3:28


Te invito amado lector a dos cosas: la primera es que verifiques la intención con la que has estado haciendo las cosas, si en tu actuar hay una verdadera convicción. Y la segunda es a hacer raíces. Que nuestra fe por la muerte y resurrección de Jesucristo prevalezca para siempre, que nada, ninguna circunstancia o tentación nos quite la certeza de que Cristo es lo más maravilloso que pudo habernos pasado.

Por Aída Quintanar.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


SOBRE NOSOTROS

Pretendemos exponer la vida de Cristo

 y compartir la buena noticia de su obra

DIRECCIÓN

Cerro Juvencia 81,

Campestre Churubusco, 04200 Ciudad de México

DÉJANOS TU CORREO

¡Gracias por suscribirte!

© 2019 THIS IS THE PLAN OF GOD

bottom of page