Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edificaTodo me es lícito,
- This is Life
- 6 sept 2019
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1ª de Corintios 10:23
Cuando se habla que “todo me es lícito”, no se refiere a que en Cristo no tenemos imposición de reglas a seguir, pues Dios nos ha dotado de libre albedrío para que podamos elegir. Sin embargo, si en la palabra solo estuviera escrita la frase: “todo me es lícito”, habría un libertinaje desenfrenado incluso dentro de los hijos de Dios.
Al estudiar las escrituras, podemos ver que desde el capítulo 8 al 11:1, habla sobre las libertades cristianas, pero no en el contexto de hacer lo que nos parezca, o si según nosotros no es malo, Pablo aborda específicamente el tema de la comida sacrificada a los ídolos, ya que para ese tiempo los griegos y los romanos pensaban que las personas podían ser poseídas por espíritus malignos, así que al ofrecer comida a sus dioses, “ellos” los librarían de los demonios y también purificarían la carne que eran usadas para sus rituales y festejos paganos. Sin embargo, algunos cristianos de la iglesia en Corinto, que convivieron con Pablo cuando estuvo con ellos, sabían que comer alimentos comprados en los mercados, aún si hubiese sido ofrecido en otro momento a dioses paganos, no les sería contado como pecado. Pero conociendo Pablo, que, dentro de la iglesia, también existen creyentes más débiles en la fe, exhortaba a los hermanos más maduros a abstenerse de comer este tipo de alimentos, si esto se podía convertir en una confusión o tropiezo para los más débiles (1 Corintios 8:5-13). Más adelante en el capítulo 10, donde se encuentra el versículo del tema, Pablo amonesta contra la idolatría, advirtiendo a los corintios sobre no sentirse tentados a jugar con prácticas idolátricas de sus vecinos, porque existe un peligro real, no imaginario, enseñando que el castigo y las consecuencias que tuvo Israel en el tiempo de Moisés, quedaron escritas para que nosotros no cometamos los mismos errores (1 Corintios 10:1-6). Alertó a la iglesia en Corinto a no participar de la idolatría en la que muchos habían caído, porque esto fue lo mismo que hicieron los israelitas en Éxodo 32:6, donde murieron unos 3000 hombres y otros fueron heridos por mano del Señor (Éxodo 32:28, 35).
Como te habrás dado cuenta el versículo que Pablo escribe en 1ª de Corintios 10:23, no es para todo aquel que lee la biblia, sino es únicamente para los hijos de Dios, para aquellos que aceptaron que Jesús los salvó y los perdonó sus pecados, ya que ahora poseen la mente y el espíritu de Cristo (1ª de Corintios 2:10-12). Y te preguntarás ¿cómo puedo yo saber si me conviene alguna acción que voy a tomar o alguna actividad a realizar?, todo se resume a que debemos dejarnos guiar con el Espíritu de Dios , como lo dice Pablo: “Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido. Esto es precisamente de lo que hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales” (1ª de Corintios 2:12-13).
Ahora has entendido que para tener ese discernimiento de saber qué cosas me convienen y que cosas no es necesario que tengamos una continua comunión con Dios por medio del Espíritu Santo, ahí es donde podemos entrar con total libertad a la presencia de Dios y pedir la sabiduría que proviene de él, y no la sabiduría que proviene del mundo. Te invito a que des gracias a Dios en todo momento y que le pidas que por su espíritu y por la comunión diaria con él podamos tener el discernimiento que sólo da el espíritu para andar guiados conforme a su voluntad.
Autor: Axel Flores
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